Thursday, April 21, 2011

El Verdadero Peligro para Mexico

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Andrés Manuel López Obrador ?¡?¡?

Un peligro para México ?¡?¡?

CALDERON SI LO ES !!!


El gobierno federal, endeudado con la banca privada en manos extranjeras

Recibió 232 mil 800 millones de pesos de noviembre de 2009 al mismo mes de 2010

Para el sector público, 54% de créditos de la banca comercial
El financiamiento triplicó recursos destinados a empresas y personas físicas: Banco de México

Los fondos para estados y municipios se incrementaron en 40.5 mil millones de pesos

Israel Rodríguez

Periódico La Jornada
Domingo 2 de enero de 2011, p. 20
Sin considerar los recursos prestados a estados y municipios, el sector público absorbió 54 por ciento del financiamiento total canalizado por la banca comercial entre noviembre de 2009 y el mismo mes de 2010, informó el Banco de México (BdeM).

Dicho sector, informó, recibió 232 mil 800 millones de pesos en financiamiento de la banca comercial, lo cual representó un incremento anual de 73 por ciento en términos reales.

Esa cantidad triplicó los recursos destinados a empresas y personas físicas con actividad empresarial en el mismo periodo, que fue de 87 mil 500 millones de pesos, lo cual significó un aumento real de 4.9 por ciento, según un informe sobre los agregados monetarios dado a conocer por el banco central el último día de 2010.

El financiamiento total por la banca comercial mexicana, en poder de accionistas extranjeros, en el lapso mencionado fue de 433 mil 400 millones de pesos, el cual implicó un crecimiento anual de 14.1 por ciento en términos reales.

Es importante aclarar que el saldo total acumulado para empresas y personas físicas con actividad empresarial fue de un billón 15 mil 400 millones de pesos a noviembre de 2010, en tanto el financiamiento para el sector público ascendió a 522 mil millones. Aún cuando el mayor monto acumulado de crédito otorgado por la banca es al sector privado, se empieza a observar el cambio de tendencia para repetir prácticas del pasado.

En el periodo señalado el apoyo entregado a estados y municipios aumentó en 40.5 mil millones de pesos, lo que significó un incremento acumulado en términos anualizados de 19.4 por ciento.

En ese rubro llama la atención que a las entidades federativas la banca siga entregando financiamiento cuando éstas han obtenido el mayor monto de participaciones en la historia, provenientes de recursos que genera la industria petrolera estatal.

Informes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público revelan que sólo en el periodo enero-noviembre de 2010, estados y municipios recibieron 402 mil 117.8 millones de pesos, lo que representó un crecimiento en términos reales de 12.5 por ciento.

Estas cantidades, que se han canalizado a estados y municipios vía participaciones, completadas con créditos bancarios, no se han reflejado en obras sociales ni de infraestructura productiva que se reflejen en el bienestar de la población.

Por su parte, el financiamiento de la banca comercial a la población mediante crédito al consumo vía tarjetas de crédito fue de apenas 6 mil 500 millones de pesos, lo que representó una contracción de 2.6 por ciento en términos reales entre noviembre de 2009 y noviembre de 2010.

El financiamiento directo para la adquisición de vivienda alcanzó 37.5 mil millones de pesos en el mismo lapso, lo que significó un alza de 6.5 por ciento.

En el caso de la banca de desarrollo, creada como alternativa para que los sectores productivos y sociales del país tuvieran una fuente de financiamiento alterna a las elevadas tasas de interés que cobra la banca comercial, prácticamente está ausente.

De noviembre de 2009 al mismo mes de 2010 el financiamiento total al sector privado, a estados y municipios, al sector público y a los programas de apoyo a deudores reportó una tasa negativa de 4.9 por ciento.


Endeudamiento público, beneficios inciertos

Un informe elaborado por el Banco de México arroja datos cuando menos inquietantes sobre el creciente peso que la banca comercial privada ha adquirido entre las fuentes de financiamiento del gobierno federal. De acuerdo con el documento, entre noviembre de 2009 y noviembre de 2010, ese sector le otorgó a la actual administración créditos por un monto de 232 mil 800 millones de pesos, cifra que triplica lo adjudicado al sector productivo privado en el mismo periodo –87 mil 500 millones de pesos– y que representa un incremento de 73 por ciento respecto del año anterior.
En primer término, las cifras referidas ponen en perspectiva la persistencia en el sometimiento financiero del país respecto de agentes externos, ya sean organismos financieros internacionales –que en meses recientes han otorgado y ampliado líneas de crédito para México– o de los bancos privados que operan en el territorio, la mayoría de los cuales son filiales de corporaciones extranjeras. Dicha persistencia no es una buena noticia para el país y su población: debe recordarse que el otorgamiento de créditos por instancias como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, además de conllevar endeudamiento público y sacrificio para las mayorías, ha sido el vehículo para imponer, en México y en otros países, una preceptiva neoliberal que redunda en pérdida de soberanía monetaria y económica y en desequilibrios sociales, que, para colmo, fue la causante de los desbarajustes financieros y económicos recientes en el plano internacional.

En el caso de los bancos privados, es claro que el otorgamiento de créditos al gobierno federal redunda, ante todo, en una gran oportunidad de negocio por vía del cobro de cuantiosas tasas de interés. Lo anterior hace inevitable recordar el historial de privilegios de que ha gozado el sector bancario en el pasado reciente: privatizadas durante el gobierno de Salinas de Gortari, quebradas y rescatadas con dinero público un sexenio después y actualmente en propiedad de consorcios internacionales, las instituciones bancarias que operan en México disfrutan de condiciones de negocio mucho más ventajosas que las que tienen en sus países de origen, las cuales derivan de la renuencia de las autoridades correspondientes a emprender las medidas de regulación necesarias y de protección de los usuarios de esos servicios. Con tales antecedentes, no es ocioso preguntarse si la creciente contratación de créditos con la banca comercial obedece en sentido estricto a las necesidades de financiamiento del gobierno, o si sigue la línea de procurar oportunidades de ganancia para esas instituciones, así sea en detrimento de las arcas públicas.

Por otra parte, la conocida falta de transparencia con que las presidencias priístas y panistas han manejado los recursos públicos –tanto los obtenidos del endeudamiento interno y externo, como los que se originaron de los recursos petroleros durante el foxismo– hace inevitable sospechar que los montos obtenidos por el gobierno de préstamos como los referidos son empleados para beneficio de la población o si terminan engrosando fortunas privadas por la vía de la corrupción y los intercambios de favores.

Desde un punto de vista más general, no puede omitirse que el incremento en el crédito otorgado al gobierno por bancos privados ocurre en un contexto de crecimiento de la deuda del sector público, que se ha más que duplicado en los cuatro años de la actual administración y se ubica actualmente en una tercera parte del PIB. Aunque las autoridades señalen que ese indicador se mantiene en niveles de los más bajos del mundo, lo cierto es que un incremento tan notable no puede ser visto, de manera acrítica, como un síntoma de salud económica y financiera en el país.

Por el contrario, la circunstancia descrita pone en relieve la necesidad de que el gobierno federal obtenga los recursos que necesita de donde los obtienen la mayoría de los países modernos: del cobro de impuestos a las grandes empresas, a los propietarios de las grandes fortunas y a los grandes capitales; y que se avenga a cancelar los injustificables e indignantes gastos suntuarios y los ingresos inmoralmente elevados que se otorgan las cúpulas institucionales.



Equipara la Cepal rezago industrial de México con el de Belice y El Salvador

Urge que el gobierno adopte nueva política de desarrollo, enfatiza


La política fabril limitada ha sido factor importante en el lento crecimiento económico, en comparación con el logrado por países como China y Corea, plantea la Cepal. La foto corresponde a la planta de la cooperativa Pascual Boing ubicada en la colonia Tránsito del Distrito FederalFoto José Núñez
Susana González G.

Periódico La Jornada
Domingo 2 de enero de 2011, p. 20
México es ubicado en el mismo nivel que Belice, El Salvador y Nicaragua por el creciente rezago de su industria, por lo que requiere con mayor urgencia que otras naciones latinoamericanas una nueva política de desarrollo productivo con una fuerte intervención gubernamental de fomento industrial, advierte la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (Cepal).

La política industrial limitada en Mesoamérica (México y Centroamérica) ha sido factor importante en el lento crecimiento del producto interno bruto (PIB) y el estancamiento del PIB per cápita; esto ha resultado en creciente rezago respecto del PIB per cápita de los países en desarrollo exitosos, como la República de Corea y China, sentencia el organismo.

El PIB per cápita de Corea, ejemplifica, equivalía a menos de 40 por ciento del mexicano en 1970, pero lo triplicó en 1995 y aunque posteriormente cayó, en los últimos años casi duplica el de México, precisa la investigación, a cargo de Alfredo Mercado, para determinar qué espacio de maniobra tienen México y Centroamérica en su política industrial frente a los compromisos que tienen por los acuerdos comerciales que han suscrito.

Las condiciones de estancamiento interno y rezago del exterior son especialmente graves, lo que hace urgente una nueva política industrial. El ejercicio de exploración permitió ver que cada país mesoamericano ganaría con una política industrial o de desarrollo productivo, y los que aparentemente la necesitan con mayor urgencia son Belice, El Salvador, México y Nicaragua, con el fin de detener o revertir su creciente rezago respecto de países asiáticos exitosos, precisa el análisis.

La diferencia entre las naciones asiáticas exitosas con el estancamiento de México y los países centroamericanos, explica, se debe a una disminución del papel del Estado en la economía, una conducta gubernamental de apostarle demasiado a la apertura, expectativas muy ambiciosas de los efectos de la liberalización de la inversión extranjera directa (IED) y la probada incapacidad de promover la inversión doméstica.

Si bien la Cepal menciona que acuerdos y tratados comerciales que han firmado México y las naciones centroamericanas han impuesto restricciones a su política de industrialización, asegura que han desaprovechado el amplio margen de maniobra permitido por las nuevas prácticas y códigos del comercio internacional, como subsidios a la exportación, requerimientos de contenido nacional y restricciones a ciertas importaciones. De todos, prácticamente sólo han aprovechado la promoción de nuevas actividades de servicios.

Ese margen de maniobra se refiere principalmente a intervenciones gubernamentales que la Cepal cataloga como suaves, porque tienen alcance limitado y más posibilidades de aplicación. En contraste, advierte que las intervenciones gubernamentales fuertes, como la inversión pública directa, sólida y profunda, la política monetaria con fines de estímulo a la inversión e incluso políticas de educación, ciencia, tecnología y banca de desarrollo con objetivos de expansión productiva y aumento de la competitividad, tienen estrecho margen de operación.

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