Sunday, January 02, 2011

50% de los Jornaleros Agricolas son Niños

A Sinaloa acuden unos 250 mil al año; son invisibles para los funcionarios públicos

Jornaleros siguen en la miseria pese a generar millones de dólares
Abogado triqui denuncia que los trabajadores agrícolas sólo reciben 65 o 70 pesos diarios

Javier Valdez Cárdenas
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 30 de diciembre de 2010, p. 5
Culiacán, Sin., 29 de diciembre. Son miles y atraviesan ciudades agolpados en camionetas de redilas y camiones de carga. Se cubren la cara con sombreros, gorras y pañuelos. Dejan asomar los ojos. Generan gran riqueza. Son los jornaleros agrícolas, los de manos y pies cuarteados, los que nadie ve.

En esta entidad –en los municipios de Culiacán, Navolato, Ahome, Guasave y Elota– cultivan tomate, pepino, chiles, papa, berenjena y otras hortalizas. Sus manos, casi siempre morenas, siembran y cortan estos productos, los empacan para su envío, generalmente a Estados Unidos, para traducirse en miles de millones de dólares.

A pesar de eso la mayoría no está inscrito al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Tampoco tienen viviendas ni guarderías para alojar a sus pequeños, a los que llevan al surco, a las labores del campo.

Un estudio realizado recientemente por la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) de Sinaloa encontró que tres de cada 10 niños trabajan en los campos o empacadoras de hortalizas. El organismo se apoyó en la firma Análisis de Resultados de Comunicación y de Opinión Pública, que aplicó 510 encuestas entre el 26 de noviembre y el 2 de diciembre de 2009 y abarcó al menos 50 campos agrícolas de la entidad.

El estudio arrojó que 50 por ciento de los entrevistados dijo no saber que cuenta con derechos humanos, 70 por ciento considera que mujeres y niños han sido víctimas recurrentes de todo tipo de abusos y en la mitad de los campos laboran menores de entre 14 y 16 años.

Tenemos una deuda sumamente importante con los jornaleros agrícolas en Sinaloa, afirmó Juan José Ríos Estavillo, presidente de la CEDH. Lamentó que esta circunstancia contraste con el calificativo de Sinaloa como el estado granero agrícola de México o líder nacional en alimentos.

Sobre la inseguridad e injusticia, el documento –que dio origen a la recomendación general número 3, girada este año al gobierno estatal y a las 18 alcaldías– señala que las condiciones de hacinamiento y la falta de privacidad son factores que dan pauta a conductas antisociales como robos, agresiones físicas y verbales, voyeurismo y abusos sexuales, entre otras que atentan principalmente contra los derechos de las mujeres y los niños.

Sobre la trata de personas, los focos rojos se encendieron al obtener que 92 por ciento dijo conocer al menos un caso de abuso sexual, compra o venta de personas con intenciones sexuales.

La CEDH advierte que la gravedad de la trata de personas no es sólo por la violencia sexual que implica, sino que las víctimas pueden verse obligadas a realizar trabajos forzados, a contraer matrimonios en condiciones serviles y a la mendicidad forzada y, en casos extremos, sufren la extracción y el contrabando de sus órganos.

Derroche de tecnología

Crescencio Ramírez, presidente de la Red Democrática de los Pueblos Indígenas, aseveró que algunos empresarios contratan a jornaleros por 15 días o un mes, para ahorrarse dinero y evadir inscribirlos al IMSS, pero en casos de accidentes graves las trabajadoras sociales con que cuenta el negocio los afilian rápidamente, en cosa de minutos, para evitarse problemas, mediante el tráfico de influencias.

Ramírez, abogado triqui y defensor de los trabajadores agrícolas, quien fue jornalero en el municipio de Navolato cuando tenía 13 años, lamentó que los horticultores atiendan de esta manera a los jornaleros, les paguen 65, 70 pesos diarios, con el dineral que agarran con las exportaciones de chile, tomate y calabaza a Estados Unidos.

Datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación indican que en 2009 la producción de hortalizas fue de un millón 904 mil 101 toneladas, con valor de 8 mil 846 millones de pesos.

Ramírez dijo que la tecnología de punta que usan los horticultores, como la siembra de invernaderos, la biotecnología y el fertirriego, que requirieron inversiones millonarias, insultan las condiciones de vida de los jornaleros, quienes padecen diarreas por las altas temperaturas y mala alimentación, y por el uso de agroquímicos a los que están expuestos y que siguen aplicando con avionetas, aunque estén entre los surcos los trabajadores.

Recordó que en agosto, el jornalero Samuel Gámez Angulo, de 38 años, murió debido a las altas temperaturas, que en Culiacán han alcanzado 49 grados centígrados, de acuerdo con el reporte de la Secretaría de Salud del gobierno estatal.

Tema controversial

Francisco Campaña, presidente de la Asociación de Agricultores del Río Culiacán, reconoció que el de los jornaleros agrícolas es un tema candente y controversial en el que los empresarios le han echado todos los kilos, pero falta mucho por hacer.

Dijo que por medio del organismo Profamilia de Jornaleros, institución de asistencia privada, se gestionan recursos de organismos nacionales e internacionales en favor de los trabajadores.

Además les damos despensas para compensar la falta de ingresos; los dotamos de mochilas y útiles escolares, y en pocos años se han dado grandes pasos; no estamos hasta el final, pero sí se han logrado avances.

Pero los jornaleros, que suman unos 250 mil en Sinaloa, procedentes de estados como Oaxaca, Puebla, Hidalgo, Chiapas y Veracruz, siguen así –por más que circulen hacinados en los camiones de carga y por más riqueza que generen–: invisibles a las miradas de los servidores públicos y demás ciudadanos.

Para la abogada Teresa Guerra Ochoa, la horticultura sinaloense “ha sido negocio de pocos, en las épocas del boom hortícola se llegó a hablar de 56 familias que controlaban las mejores tierras de riego, la producción y el mercado. En los últimos años en Sinaloa son 17 familias las que obtienen la mayor parte de las utilidades”.

Guerra Ochoa, autora del libro Los trabajadores de la horticultura sinaloense, editado por la Universidad Autónoma de Sinaloa y la CEDH, criticó que el gobierno federal haya cedido la política social de atención a los jornaleros y que éstos estén ahora a merced de patrones y capataces, en condiciones de esclavitud.

Mucho dinero

Santiago Martínez tiene 56 años de edad y 13 de venir a Sinaloa a emplearse en los campos hortícolas. Es de Tlaxiaco, Oaxaca, y cada septiembre está aquí. En diciembre o en abril emigra a Baja California Sur para seguir trabajando. Este año, explicó, quizá no se mueva del municipio de Navolato, donde trabaja en esta temporada, porque si los salarios son bajos aquí, allá, más al norte, empeoran: para conseguir 110 pesos tiene que permanecer entre los surcos unas nueve horas.

Aquí los salarios de esos trabajadores son de 65 a 80 pesos diarios, aunque en diciembre, cuando se intensifican las labores, son de 200, siempre y cuando cumplan jornadas de 11 o 12 horas.

Pero Santiago Martínez, que tiene dos hijos, uno de 18 años, quien también labora en la siembra de tomate y chile, apenas gana para comer y rentar un cuarto en la comunidad de Villa Juárez, la más poblada de Navolato. Por el cuarto en que vive paga 600 pesos al mes.

Los patrones tienen mucho dinero, pero no quieren pagar. Yo gano muy poquito porque ellos pagan barato, y yo no quiero quedarme en el campo porque en las casas de allá hay mucho borracho y mariguano, son casas sucias, y aquí estoy mejor, manifestó.



Casi 50 por ciento de los jornaleros agrícolas en 40 municipios son infantes: Clara Ochoa
CELIC MENDOZA ADAME



Niños jornaleros en el cultivo del melón en Huetamo Foto: IVAN SANCHEZ
Cerca de 50 por ciento de los jornaleros agrícolas que laboran en 40 municipios de Michoacán son niños, lo que significa alrededor de 60 mil menores que trabajan en el campo en regiones como Zamora, Yurécuaro Huetamo y San Lucas, destacó la titular del Consejo Estatal de Población (Coespo), Clara Ochoa Valdez.

La funcionaria refirió que las causas que originan este fenómeno son estructurales; es decir, la falta de empleo y oportunidades en este sector de la población orilla a incluir a los infantes en el mercado laboral desde temprana edad, incluso sostuvo que Michoacán es el primer estado del país que enfrenta un problema de despoblamiento, sobre todo en las áreas rurales a causa de la migración, ya sea hacia Estados Unidos o la movilidad al interior de la propia entidad.

En el marco de la presentación del libro Memorias sobre jornaleros agrícolas en Michoacán, coordinado por el investigador del Centro de Investigación y Desarrollo del Estado de Michoacán (CIDEM), Carlos Enrique Tapia, y Amando Ramiro Anaya Chávez, del Coespo, se dio a conocer que actualmente se calcula una población de jornaleros agrícolas en el estado de aproximadamente 120 mil, de los cuales 90 por ciento no tiene casa propia y en su totalidad carecen de servicios de salud, educativos y de protección al trabajo, entre otros.

En este marco, la titular de la Secretaría del Migrante, Alma Griselda Valencia Medina, refirió que cada año cerca de 60 mil personas en Michoacán cambian su lugar de residencia, emigran de un municipio a otro, de Michoacán a otro estado o bien salen del país, “de acuerdo con el INEGI, sólo 40 por ciento de éstos se van a Estados Unidos”.

La funcionaria estatal defendió que Michoacán es el primer estado en realizar un esfuerzo interinstitucional para atender a los jornaleros que inmigran para trabajar en los campos de la entidad y la conformación de una política pública que ya se encuentra en una segunda etapa.

Incluso destacó que se estima que el gobierno del estado podría aportar cerca de un millón y medio de pesos para cubrir la primera etapa en el presente 2009 a través de programas ya existentes, pero que se focalizarán a la atención de este sector poblacional, incluido el acercamiento de la educación a los niños y adolescentes, “por ello no se requiere de ampliaciones presupuestales”, dijo.

Los ponentes coincidieron que se cuenta con pocos estudios sobre el jornalero agrícola, lo que incrementa aún más el grado de complejidad al momento de enfrentar su problemática.

Según cifras de la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno federal, existen 3.1 millones de jornaleros agrícolas, de los cuales 1.2 millones son migrantes internos. En Michoacán se estima que laboran 100 mil 876 jornaleros agrícolas, de los que 88 por ciento provienen de otros estados, y quienes en su mayoría emigran con su familia completa y tienen entre cuatro y seis hijos.

Valencia Medina detalló que tras varias reuniones de trabajo, se acordó que el tema se trabaje en tres fases: la primera consta de un diagnóstico integral que se realizará en la primera parte de 2009, y una vez que se conozca la problemática, se establecerá el diseño de políticas conjuntas entre las dependencias del gobierno estatal, y finalmente se aplicarán acciones, programas y estrategias de acción. Finalmente, dijo, será en 2012 que se entregará un concentrado con las conclusiones y resultados obtenidos a favor de los jornaleros agrícolas migrantes.



Usted está aquí: martes 5 de febrero de 2008 → Sociedad → Hijos de jornaleros agrícolas migrantes, sin pleno acceso a la educación básica
La mitad habla lenguas indígenas; son “invisibles”, señala la investigadora Irma Castro

Hijos de jornaleros agrícolas migrantes, sin pleno acceso a la educación básica
CLAUDIA DRUCK LEON



Niños jornaleros en Michoacán Foto: IVAN SANCHEZ
El Programa Nacional de Educación 2001-2006 marcó como uno de sus objetivos estratégicos dar atención a los grupos vulnerables a fin de alcanzar la equidad en la Educación Básica, sin embargo, las condiciones de vida de los hijos de trabajadores agrícolas migrantes hacia las zonas agropecuarias de exportación ha dificultado su atención y su oportunidad para acceder a los servicios educativos, señaló la investigadora Irma Leticia Castro Valdovinos.

De acuerdo con estudios de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), de los 100 mil jornaleros agrícolas que trabajan en Michoacán, 40 por ciento son menores de 14 años y generalmente comienzan a trabajar entre los siete y ocho años de edad; 50 por ciento de esta población hablan una lengua indígena (náhuatl, purépecha y tlapaneco).

Castro Valdovinos señaló que el Programa de Educación Primaria para Niñas y Niños Migrantes (Pronim), ha realizado investigaciones referentes a la situación que enfrentan las niñas y niños hijos de jornaleros agrícolas migrantes, las cuales arrojan que proceden en una gran proporción de origen indígena y su traslado hasta zonas de trabajo se rige por los períodos agrícolas de los productos que se cultivan, lo que provoca una trayectoria escolar accidentada por la interrupción continua y a veces permanente de sus estudios.

Cabe señalar que los antecedentes en el estado de Michoacán datan desde que se realizó la firma del convenio, para la incorporación al Pronim a partir del ciclo escolar 2006-2007; con esta anexión, se tuvo la perspectiva de asegurar la Educación Primaria a las niñas y niños migrantes durante el tránsito de las familias jornaleras en las diferentes regiones del estado.

Detalló que las regiones de atención en la actualidad son principalmente los municipios de Yurécuaro, Los Reyes, Apatzingán, Huetamo, Zamora y Taretan.

Recordó que los objetivos de estos trabajos son asegurar educación primaria a las niñas y niños migrantes, con equidad en la cobertura y en la calidad del servicio, en circunstancias de permanente tránsito, de las familias de jornaleros agrícolas mestizos e indígenas, desde sus comunidades de origen, a los mercados de trabajo agrícola en el estado de Michoacán, en periodos distintos al calendario escolar nacional, así como promover la propuesta curricular nacional de educación primaria para la población infantil jornalera agrícola migrante del estado, a través de la Coordinación de Esfuerzos Interinstitucionales entre la Sedesol, Conafe y el INEA.

“Otra de las metas es fortalecer los procesos educativos relacionados con el currículo de la educación primaria para la población infantil migrante, la formación docente y la continuidad escolar de los alumnos”, destacó.

La investigadora adelantó que será en próximos días cuando se den a conocer los resultados de la última investigación realizada en la materia en Michoacán, en la cual se incluirán las estadísticas más recientes así como los avances que se tienen en el estado.

Consideró que la situación de los niños agrícolas migrantes es similar a la que enfrentaban años atrás los niños con necesidades educativas especiales o con alguna discapacidad, que “eran invisibles” y “poco a poco” comenzaron a hacerse notar; “ésa es precisamente la intención, que estos niños tengan las mismas oportunidades de superación académica y puedan acceder así a otra condición de vida”.


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México


El 50% de los jornaleros agrícolas son niños





La mitad de los jornaleros agrícolas son niños de 6 a 14 años de edad que trabajan más de 8 horas por día y cobran 20 pesos mexicanos.



La Confederación Nacional Campesina (CNC) destacó en un documento que hay 6.000.000 de jornaleros que trabajan en los campos, de los cuales casi 3.000.000 son menores de edad.

Estos niños trabajan en actividades semejantes a las de los adultos sin ninguna protección laboral y son explotados tanto por las grandes empresas transnacionales como por los productores privados.

En algunas regiones agrícolas del Noroeste, dedicadas a los cultivos de exportación, la cuarta parte de la fuerza laboral son niños y adolescentes, quienes aportan hasta un 30% del ingreso familiar.

Según la CNC, del total de los trabajadores agrícolas un 27% son niños de 6 a 14 años, mientras un 53% de ellos son varones, el resto son niñas y adolescentes. Además 500.000 niños jornaleros agrícolas son inmigrantes o viven en localidades apartadas del país.

Por ello quedan excluidos del sistema escolar y aún no se encontró el modo de incorporarlos a los sistemas de enseñanza. La CNC indicó que es urgente reconocer la realidad de esos menores y desarrollar programas que resuelvan su situación.

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